domingo, 4 de septiembre de 2016

A una misma Adéle



Quisiera que toda noche,

Como tus noches

Y tus dedos,

Sean completas

Veladas

Vedadas

 a la contemplación ociosa

Fornicarías

En el sentido de que

La fornicación

es libertaria

Y se parece al alba

Red púrpura

Que violenta cuerpos.



También te siento

Labios sudados

De cachetes abiertos

Óvulo que espera

Y no quiere oler a final



Que si te quiero

Por ser sólo cuerpo?

Sí, con jaurías de

Animales salvajes

Estoy detrás de vos.

No te asustés

Todos somos cuerpos

Nunca han habido almas

Qué decís vos,

Mujer de manos suaves

Y livianas?



Siguió derecho mi mirada?

No alcanzó tu ritmo

De bestia

Que canta de

Pocas generaciones perdidas,

Pero sí de las imágenes

Captadas por los pájaros?



Por cierto, sabés volar?

Cantar despacio?

Oler a mañana?

Desear como con

La potencia de un elástico?

Retenerlo cuando las miradas

Sean esquivas

Estirarlo cuando quieras

Iniciar un golpe certero

En mis güevos

Soltarlo, arrojarlo cuando

Ya encontrés que también

Mi nombre es deseo



Sé que vos no me quitarás las manos.

A una tal Adéle



Miro tu cara, 
gigante, 
en frente de mi horizonte. 
Te veo, con mi verga en hierro. 
Vos, con tu mirada que no me soporta, 
querés mi índice en tu boca. 
Mi lengua, 
debajo de la tuya. 
Pésame, mídeme, lameme el ojo. 
Ginsberg te aceptaría, 
aceptaría esa mirada perdida. 
Esa vos completa, 
con nucas por todas partes
 que recibe besos como si fuera una lluvia cálida. 
Caliz que es tu boca,
tu yo completo. 
Dame ese dólar dorado y rojo 
que tenés en los labios, en los dedos. 
Afirmame con tu deseo fulgurante,
 erupcionador. 
Dame tu violeta que tenés por ombligo. 
Números que podemos practicar.

Vos tenés en mí una larva 
que estalla con golpecitos en los labios. 
Qué grupal beso, mirada! 
Dame una frase cliché y pesada. 
Quiero toda una fiesta de la espontaneidad
 con vos, 
una fiesta dentro de vos, 
de mí, 
sollozados, cantados, tocados 
con pieles disidentes, molestas, placenteras. 
Bocas, manos y aguas de boca. 
Explotame la mirada Laura. 
Recordá que yo de vos 
espero lo que vos de mí. 
No importa los recuerdos, 
la historia vedada.

Signiquitos



Mi cuerpo



Es una tabla inscrita,



Tallada



Por manos de



Hombres y mujeres



Que no saben escribir



Por eso sus signos



No alcanzan a ser palabras

Nata



Te amo. Sólo voy a escribir a través de coyunturas. Que me hables, pero que no me busqués para cariño rápido, sino otro camino distinto. Creo que tus miradas son más por compasión, por esa simpatía tuya, tan linda como vos.
Que seás feminista o no, o un poquito es una de las cosas mas atrayentes de vos. No lo son tu piel blanca/rosadita, tus cejas depiladas, tu estatura bajita o tu voz dulce. Créeme, te amo y te amaré como todo primer amor de la infancia. Recuerdo que la vez pasada que nos vimos te regalé una flor, no era más que un poema con tu nombre y lo que sabés que te deseo.

No hay mayor mentira que el amor, pero el mío en definitiva es igual, no quiero ya venderte mis ideas, no te quiero convencer, quiero que te convenzas de las locuras propias de algún idiota enamorado.

Nata, vos, como siempre, tan bella. Me pregunto por qué pasan algunas cosas en la vida de un juannadie, como yo. La mujer que quiero no me desea, desea a otros o no desea, el caso es que no me desea a mí. He estado con algunas peladas, pero, a lo bien, ninguna me ha gustado como esas miradas que te echo.

Quiero recordar un momento con el corazón.

Déjame vivir un cliché, un estereotipo alegre y doloroso, déjame rasgar las vestiduras. Déjame que sufra por amar y sacame de este deseo inconcluso. Déjame ser el romántico decimonónico. Te voy a escribir poemas, cosas que nunca te voy a mostrar, pero que te van a llevar al pedestal donde no quieres estar. Tranquila, al momento te bajo para darte un beso y ofrecerte un pasto muy verde para apoyarnos. Déjame imaginarte con otros cuerpos, con otras formas que no son tuyas y hacen parte más de mí. Déjame besarte los párpados, olerte los huesos y lamerte un cachete o una oreja.

Te prefiero blanca, como sos.

Déjame perder mi brillo y mi energía alérgica cuando ya no queramos saber nada del otro.

Nata, con vos la risa y las lágrimas cobran sentido. Cuando no estás están como siempre.

Dibujame tus pies y con tus pies, el cuerpo, dos veces, de noche y en la tarte. Usa tácticas dañinas y rompeme las vísceras moradas. Gemido de vos. Cómo lamo tu cara? Te gusta? Guardame ese recuerdo toda la corta aventura que tenemos entre los dos. Recordás cómo te conocí? Recordás cómo me engañé con vos y me ilusioné en secreto?

Te acordás cuando no quise besar tu cuello? Cuando no quisiste conocer mi lugar secreto y público? No te acordás porque no ha pasado, porque no querés que pase, porque evitás las promesas eternas y detestas los cielos mentirosos que creen en los engaños.