domingo, 4 de septiembre de 2016

Allen Wagner

ALLENWAGNER


Allen me obligó a tragar un café
con benzadrina y otras cosas que
no vi. 
Desde eso ya no camino igual,
sino que vuelo, 
como tu murciélago rosado.
Wagner, no el músico, me hizo
la promesa de la adultez. 
Me dijo que el desenfreno, 
la pérdida de tiempo,
la falta de sentido 
y el consumo excesivo de drogas 
se iba a acabar, ya no valía la pena. 
Ahora, lo que yo necesitaba, 
era un trabajo y un salario fijo 
para irme de la casa, 
no con ella, 
sino que tenía que quedarme solo, 
como siempre.
Como amo a Allen, 
decidí seguir a Wagner. 
Sé que algún día ella
me regalará su coño 
para que yo
 me lo ponga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario