Orina

Orina

No hay mayor dolor que el de las

palabras.

No hay mayor dolor que
del deseo encarnado y flaccido.
No hay mayor dolor que el de un
pene blando. 

No hay mayor dolor
que el de un pene en el culo, 

en el recto, 

pronunciando palabras en el colon. 

Mí apendicitis es por
el sexo anal. 

Voy a dejar de jugar con frutas.
Daniel! Pasame el bareto y rotame
un beso o un cigarro o un sorbo
de cerveza, como los de siempre.
Quiero salir por los dedos, por los
hombros. 

Quiero escupir un mundo.
Eyacular deseos y materializar la
mierda.
Mirame cómo expulso la basura de
colores, el rojo, mi favorito, 

el naranja de tus labios arcoiris.
Sexo, plexo, trópico, Miller, 

coño blando, coño blanco, coño pelado,
coño rasurado, el tuyo. 

Mirame!
Mirame!
Ya no puedo con este deseo. 

Salto por las sillas y las nubes. 

Me retuerzo por la voz

del estúpido vecino que siempre habla por esa
hijueputa boca sucia.
Gonorrea! 

Caspa! 

Te amo. 

Dejame abordarte por la espalda 

que te quiero engendrar un hijo 

como el que Nietzsche me hizo. 

Mirá que quiero un pedazo de vos. 

No sé una parte de la barriga, 

tu ombligo,
el planito y profundo donde tomé
vino y ron. 

Acordate de la cerveza
que te eché por el cuello y te rozó
las nalgas. 

Acordate de la leche
en las nalgas de la niña de Bataille.
Pa, Pa, Pa! 

Estoy loco. 

Estoy pasivo. 

La política es basura como
tu cara después de un polvo.
Maldito cuerpo de otros, 

maldito cuerpo de ortos. 

Dejame de provocar con tu cuca dorada, 

tu cuca de gordos labios.
Gemime! Notame! Gemime!
Oriname, como siempre. 

La otra vez alguien lo hizo.